ASIA OCCIDENTAL / EL LÍBANO
Ministros chiíes abandonan sesión de gabinete sobre desarme de Hezbolá
Los ministros chiíes abandonan una sesión del gabinete libanés mientras el gobierno avanzaba con planes apoyados por Estados Unidos para desarmar a Hezbolá.
Según los medios locales, cinco ministros, incluidos representantes del Movimiento de Resistencia Islámica del Líbano (Hezbolá) y su movimiento aliado Amal, han abandonado este viernes la reunión tras la llegada del jefe del ejército, que tenía previsto presentar un borrador del plan de desarme.
Previamente, el gabinete libanés había ordenado al ejército que preparara una hoja de ruta detallada para finales de año, tras la presión de los Estados Unidos.
Esta fue la tercera vez que los ministros de Hezbolá y Amal se retiraban de las conversaciones del gabinete sobre este tema. El sistema político libanés se basa en gran medida en el consenso entre sus grupos sectarios como chiíes, sunitas, cristianos y drusos, lo que hace que la ruptura sea significativa.
Hezbolá reiteró su rechazo a principios de esta semana, y su bloque parlamentario denunció la decisión del gobierno como “antipatriótica” e instó a las autoridades a revertir el rumbo.
Igualmente, los ministros que se oponen al plan argumentan que socava la soberanía del Líbano y alinea al Estado con agendas extranjeras.
Las autoridades del Líbano afirman que el impulso al desarme forma parte de la implementación de un alto el fuego mediado por Estados Unidos, firmado en noviembre. Sin embargo, los críticos argumentan que el plan, respaldado por Washington y Tel Aviv, busca “debilitar” el papel del movimiento como fuerza disuasoria y defensiva.
La huelga se produjo en medio de los intensos ataques aéreos israelíes contra el sur del Líbano durante los últimos dos días, lo que según el Ministerio de Salud y la agencia estatal de noticias, ha causado a la muerte de al menos cinco personas.
El presidente del Parlamento libanés y líder del movimiento Amal, Nabih Berri, instó al diálogo a principios de esta semana, solicitando conversaciones “tranquilas y consensuadas”.
El 7 de agosto, el gabinete aprobó formalmente los objetivos del plan de desarme y, tres días después, estableció un plazo que exige que todas las armas estén bajo la autoridad del Estado para finales de 2025. El anuncio desencadenó protestas en todo el país, donde los manifestantes insistieron en que las armas de Hezbolá siguen siendo vitales para la defensa del Líbano.
A mediados de agosto, el líder de Hezbolá, el sheij Naim Qasem, calificó la decisión de “peligrosa” y una violación de la cohesión social del Líbano, advirtiendo que “expone al país a una crisis muy grave”.
Asimismo, afirmó que el gobierno estaba llevando a cabo “un plan estadounidense-israelí para desmantelar la resistencia, incluso a costa de hundir al Líbano en una guerra civil y avivar los conflictos internos”.
“Este gobierno está sirviendo al proyecto israelí, consciente o inconscientemente”, declaró, dirigiéndose directamente a los funcionarios.
“Si se sienten impotentes, déjennos enfrentarnos al enemigo nosotros mismos. No necesitamos que intervengan”, enfatizó.
Desde su creación en 1982, el movimiento de Hezbolá ha repelido innumerables incursiones en el país por parte del régimen israelí, que ocupa las Granjas de Shebaa, una franja de tierra a lo largo de la frontera del Líbano con los territorios palestinos ocupados, desde 1967.
Esta impulso defensiva ha incluido la retirada forzada del ejército israelí durante dos guerras a gran escala contra el país en 2000 y 2006.
arz/tmv
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