
Toda nuestra solidaridad y apoyo a la Global Sumud Flotilla
El pasado domingo 31 de agosto partió desde Barcelona hacia Gaza la Global Sumud Flotilla. La Global Sumud Flotilla es una coalición de diferentes colectivos a la que se unirán desde otros puntos del Mediterráneo más embarcaciones.
Alrededor de 50 embarcaciones y más de 300 activistas provenientes de 44 países forman parte de esta flotilla que intentará romper el bloqueo ilegal de Israel y llevar ayuda humanitaria a Gaza.
Más allá de hasta dónde pueda llegar, esta flotilla se ha convertido en la mayor acción civil de apoyo a Palestina. La Marcha Global a Gaza ya expresó meses atrás este esfuerzo solidario con Palestina intentando romper el bloqueo desde la frontera de Egipto con Gaza.
Forman parte de la flotilla reconocidas personalidades y activistas como Greta Thunberg, Thiago Ávila, el actor Eduard Fernández, Jaldía Abubakra, activista palestina con la que hemos participado en numerosas actividades y charlas en defensa de Palestina; el nieto de Nelson Mandela, Nkosi Zwelivelile Mandela; la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau o el también actor Liam Cunnigham. El sindicalismo combativo, en particular la CGT, está presente a través de un veterano luchador y amigo, Saturnino Mercader.
Sin embargo, no se trata sólo de entregar ayuda humanitaria. La acción busca abrir un corredor humanitario al tiempo que denuncia el silencio y la complicidad de las potencias internacionales y los gobiernos ante el genocidio en curso.
“Nuestro objetivo es muy claro: zarpar con docenas de barcos a llevar ayuda humanitaria, romper el bloqueo ilegal e inhumano de Israel, abrir un corredor humanitario y entonces llevar más ayuda. Pero seamos claros, no sólo necesitamos ayuda para Gaza, necesitamos el fin de la ocupación, necesitamos el fin del sistema de apartheid bajo el que han vivido los palestinos por muchas décadas. Esta no es una misión de caridad, es un acto de solidaridad.”
Mientras la Flotilla sigue su rumbo, las actividades de solidaridad se multiplican, con encierros, con acciones en la Vuelta Ciclista a España cada vez más repleta de banderas palestinas allá donde llega y que los medios no pueden ocultar; con manifestaciones y concentraciones… Pero elevar el punto de mira exige lo que ya se va convirtiendo en un clamor: poner el centro de la exigencia en los propios gobiernos que rompan relaciones diplomáticas, económicas, militares y de todo tipo con el Estado genocida de Israel ¡Ya queremos ver que Pedro Sánchez cierre la embajada de Israel!
Saludamos la declaración de los estibadores italianos de la USB (Unione Sindacale di Base) que han declarado su intención de responder con una huelga si pierden el contacto con los activistas de la Flotilla. En su comunicado, señalan que van a «reaccionar con todas las formas de lucha a su alcance». Ha sido su respuesta a las amenazas del Gobierno de Netanyahu de «detener a los activistas en condiciones reservadas a los presos terroristas»
Ese ejemplo debe cundir. Está faltando que a toda esa solidaridad se sume la clase obrera y se traduzca en acciones, paros y huelgas que obliguen al gobierno a romper relaciones con Israel.
Desde el sindicalismo combativo, los sindicatos nacionalistas y desde CCOO y UGT hay que ponerse a organizar un acuerdo unitario de todo el sindicalismo que dé respuesta desde los centros de trabajo.
En Palestina nos jugamos parar un genocidio que llega a las entrañas, nos jugamos parar la barbarie de este sistema, nos jugamos la lucha por la liberación de los pueblos, la lucha de todos y todas las oprimidas y nos jugamos el futuro de toda la clase obrera del mundo.
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