Las medidas de España contra Israel: ¿fruto de la inoperancia de la UE o de la presión social?
Yarisley Urrutia
Corresponsal
El embargo de armas y otras medidas anunciadas por Pedro Sánchez contra Israel podrían sortearse mediante el uso de las bases de EEUU en España, opinan expertos entrevistados por Sputnik. No obstante, más allá de su alcance real, el anuncio ya ha provocado una dura respuesta israelí, con acusaciones de antisemitismo incluidas.
El anuncio efectuado el 8 de septiembre por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, de una batería de nueve medidas para presionar a Israel e intentar que los frutos de la relación bilateral no redunden en un apoyo a la matanza que está perpetrando el Ejército israelí en la Franja de Gaza, se ha saldado ipso facto con un empeoramiento de las relaciones diplomáticas.
"El Gobierno español lidera una línea antiisraelí hostil, con una retórica desenfrenada y llena de odio. El intento del corrupto Gobierno de Sánchez de desviar la atención de graves casos de corrupción mediante un ataque antiisraelí y antisemita continuo es evidente", afirma en un comunicado el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, que señala "vínculos" de España con Irán y se remonta al siglo XV para acusar a Madrid de "falta de conciencia histórica" por sus "crímenes" contra el pueblo judío.
Además, Saar anunció sanciones personales contra la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y la ministra de Infancia y Juventud, Sira Rego, a quienes se veta la entrada a Israel por arrastrar a Pedro Sánchez "hacia la aplicación de su visión antisionista y antisemita", aprovechándose de su "debilidad política".
Recordamos que entre las medidas anunciadas destacan el embargo de armas a Israel y varias prohibiciones: el tránsito por puertos españoles de buques cargados de combustible para el Ejército israelí; la entrada al espacio aéreo nacional de aeronaves que transporten material militar para el Estado hebreo; el acceso al territorio español de personas implicadas en el genocidio; o la importación de productos provenientes de los asentamientos ilegales en Gaza y Cisjordania.
"Es un orgullo que un Estado que perpetra un genocidio nos prohíba la entrada a Sira Rego y a mí", manifestó Yolanda Díaz, al enterarse del veto israelí. Mediante un comunicado, el Ministerio de Exteriores de España calificó de "falsas y calumniosas" las acusaciones de antisemitismo, y de "inaceptable" el veto a dos de sus miembros. De resultas, resolvió llamar a consultas a su embajadora en Tel Aviv. Pero no la retira, precisamente como pedía Sumar, el partido que lidera Díaz y socio de Gobierno de Pedro Sánchez.
El calado efectivo de las medidas
No obstante, la efectividad ulterior de la medida más importante, la del embargo de armas, en un país que cuenta
con cuatro bases militares estadounidenses en su territorio, sigue sobre la mesa.
"¿Se le va a decir a EEUU, que es quien alimenta a Israel de armamento y munición, que no transporte armas a través de su base aérea de Morón o a través de su base naval en Rota, que están sometidas a un tratado? Obviamente, no", explica a Sputnik el politólogo y ensayista Pedro Costa Morata.
Tampoco está claro un
refuerzo del apoyo a la Autoridad Nacional palestina, "una autoridad fantasma que carece de base material y prestigio". A su juicio, las medidas anunciadas por Sánchez son "flojas" y con un fondo de "insinceridad". "Aquí no hay voluntad clara de compromiso a escala internacional", asume.
Finalmente, el Consejo de Ministros del Gobierno de España resolvió prohibir la entrada al país al ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, y al de Finanzas, Bezalel Smotrich. El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, justificó que la medida no abarque a Benjamín Netanyahu por la orden de arresto internacional de la CPI que pesa sobre él.
Entre los socios y apoyos externos de Pedro Sánchez, cunde la opinión de que, aunque positivas, las medidas reflejan una realidad: que
España estaba participando del comercio de armas con Israel, aunque, como dice
Gabriel Rufián, portavoz en el Congreso de los independentistas de ERC, esto se negara "durante meses".

4 de septiembre, 04:42 GMT
"Sánchez anuncia después de dos años de genocidio un embargo de armas que el Gobierno lleva meses diciendo que ya hacía. Reconoce así que no ha parado de mentir", escribió en su cuenta de X la líder de Podemos y exministra del Gobierno de España, Ione Belarra, que teme que la tramitación del embargo, mediante un real decreto ley en el Parlamento, no prospere, habida cuenta del probable voto negativo de uno de los socios de Sánchez, los independentistas catalanes de Junts.
"Es evidente que han mentido. Ahora, digamos, corroboran que no fueron sinceros", añade Costa, que cree que Junts "tumbará" el decreto-ley.
Contexto político de las medidas
En este escenario, el Gobierno español no es ajeno a la presión social, en su caso también emanada de las
vistosas protestas escenificadas durante la disputa de la Vuelta Ciclista a España.
Para el politólogo Víctor Prieto, las medidas de Sánchez entrañan el "reconocimiento de la tardanza en la denuncia del genocidio y los crímenes contra la Humanidad" y son producto de "la fuerza que posee la movilización social", que ha terminado por "empujar al Gobierno hacia posiciones más firmes" y confrontar a Israel, "convertido en el paradigma de la deriva ultra de la derecha a nivel internacional".
"El plano de las relaciones internacionales todavía permite a Sánchez tomar la iniciativa y marcar la agenda política a nivel interno. Pero, si no se integra en una narrativa coherente a nivel interno, corre el riesgo de ser visto como un polo meramente simbólico, una fuente [más] de frustraciones para el electorado progresista", explica, en conversación con Sputnik.
"Y falta lo fundamental: la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel y la prohibición de inversión allá donde haya capital de empresas israelíes o de fondos israelíes en empresas que sean españolas", añade Costa, que denota una "falta de convicción" en el Gobierno español. "Lo que hay es una presión de la opinión pública y de los partidos de izquierda", subraya.
El contraste con Ucrania: Sánchez aprovecha un vacío
El anuncio de las medidas de España contra Israel acontece en un contexto dominado por la inoperancia de la Comisión Europea y del servicio de Exteriores de la UE ante las matanzas en Gaza, sazonada con los anuncios de París y Londres de reconocer en septiembre el Estado palestino. Esto contrasta con la celeridad en la UE para organizar una
"coalición de voluntarios" de cara a enviar tropas occidentales a Ucrania.
"El tratamiento es absolutamente distinto y además contradictorio, puesto que no quieren enterarse de que en la misma coalición política y militar internacional están la OTAN e Israel", afirma Costa.
Con todo, España aparece como pionera en la UE, tanto en
su reconocimiento del Estado palestino como en su toma de medidas frente a Israel, dada la incapacidad de Bruselas para suspender su acuerdo de asociación con Tel Aviv.
"El movimiento de Sánchez opera como un llamamiento unilateral que trata de mover a la esclerotizada UE a una posición consecuente con sus valores funcionales. La UE, subordinada a la estrategia estadounidense, asume el papel de enano político que el siglo XX y la 'Pax Americana' le otorgaron. Sánchez eleva la voz en el vacío dejado por unas instituciones comunitarias incapaces de delinear una mínima soberanía estratégica", concluye Prieto, que señala que la iniciativa puede instituir al presidente español como "referente político" de la socialdemocracia europea, luego de su "confrontación con Trump".
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