viernes, 1 de agosto de 2025


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Melipeuco, Icalma y Lonquimay. ¿Qué hay detrás de la tala masiva de Araucarias?: ¿Conectividad para la gente o para las inversiones?




Ante la noticia que ha venido siendo denunciada por redes sociales, surgen las siguientes preguntas ¿Cómo es posible que se lleve a cabo la tala masiva de un árbol que se considera en peligro de extinción y parte de las especies en categoría de conservación? ¿De qué manera esta afectación conllevó a procesos de consulta indígena para discutir las posibilidades de responder a necesidades de conectividad sin que aquello signifique destrucción del territorio? ¿Cuál es la mitigación que proponen de este proyecto y quien se beneficia de ello? ¿La conectividad vial para la gente es la principal razón de este proyecto o hay otros intereses económicos en juegos? En esta nota, intentaremos responder a algunas de las interrogantes o por lo menos dejar abiertas inquietudes que nos permitan indagar más en profundidad sobre este proyecto.


Lunes 28 de julio | 03:56

El 18 de julio del presente año la Corporación Nacional Forestal (Conaf) autorizó mediante la resolución N°594/2025 y N°595/2025, la tala de 39 y 57 ejemplares de Araucarias araucanas en la ruta Liucura-Icalma e Icalma Melipeuco, respectivamente. La controversia es que aquellos árboles milenarios se encuentran en estado de conservación, ya su calificación está “en peligro” según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) y el Ministerio de Medio Ambiente, y que, a pesar de aquello, se dio luz verde al proyecto.

Según documentación del proyecto, se señala en el punto 16: "Que, el proyecto “Terminación Mejoramiento Ruta S-61, Sector: Melipeuco – Icalma”, emplazado en las comunas de Melipeuco y Lonquimay, provincias de Malleco y Cautín, Región de La Araucanía”, tiene por objetivo la construcción y mejoramiento del camino existente, mediante la implementación de un pavimento de tipo concreto asfáltico con polímero, con el fin de mejorar las condiciones de operación para los
usuarios de esta vía. Asimismo, busca fortalecer la conectividad regional, fomentar el turismo y preservar el paisaje natural y cultural del territorio Pehuenche."

Ante la noticia que ha venido siendo denunciada por redes sociales, surgen las siguientes preguntas ¿Cómo es posible que se lleve a cabo la tala masiva de un árbol que se considera en peligro de extinción y parte de las especies en categoría de conservación? ¿De qué manera esta afectación conllevó a procesos de consulta indígena para discutir las posibilidades de responder a necesidades de conectividad sin que aquello signifique destrucción del territorio? ¿Cuál es la mitigación que proponen de este proyecto y quien se beneficia de ello? ¿La conectividad vial para la gente es la principal razón de este proyecto o hay otros intereses económicos en juegos? En esta nota, intentaremos responder a algunas de las interrogantes o por lo menos dejar abiertas inquietudes que nos permitan indagar más en profundidad sobre este proyecto.

Tala de Araucarias Araucanas en nombre del progreso

Según lo indicado en la resolución, no hubo posibilidades de modificación del proyecto, por lo que se fundamentó que la intervención o alteración resulta imprescindible, por lo tanto, solo se establecen acciones que permitan mitigar el daño, todo en una lógica capitalista productiva de ver a la naturaleza como mercancía. Se señala en el informe que la tala de las araucarias en el contexto del proyecto vial, implica que el titular de la empresa ejecutora, se comprometa en el plazo de dos años a plantar 3.648 ejemplares de araucarias araucanas, surge de inmediato la duda ¿Cómo es posible aquello si la especie está en peligro de extinción?, no se señalan detalles al respecto, solamente "Que, el informe de experto presenta una medida adecuada para asegurar la continuidad de la especie, donde el Titular contempla y se compromete a la plantación en núcleos de 3.648 individuos de la especie Araucaria araucana, en una superficie de 14,03 hectáreas al interior de la Reserva Nacional Alto Biobío".

A pesar que no se establece una conexión directa con CMPC, cabe destacar que, en septiembre del año pasado, se dio a conocer un hito científico relevante para la extinción de la araucaria araucana, ya que en un trabajo en conjunto entre CMPC, la Universidad de Concepción y el Instituto de Biología Integrativa de Sistemas de la Universidad de Valencia de España, se logró descubrir buena parte del código genético de dicha especie.

Según señala quien fue parte de este proyecto, el investigador que integra el equipo Oscar Toro, académico del Departamento de Botánica de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la UdeC, “El linaje de las Araucarias es bastante antiguo, los ancestros directos de la Araucaria araucana estuvieron con los dinosaurios. La Araucaria tiene distribución gondwánica y las especies se encuentran desde Nueva Zelanda, parte de Argentina y Chile y algunas zonas de Brasil, y no hay más. Por eso se conforma como fósil viviente, porque tiene la herencia de todos esos linajes que están representados en ese descendiente. Y desde ese punto de vista el genoma puede tener múltiples aplicaciones”, sostuvo Toro.

Como se señala, los avances científicos basados en un ética y compromiso con la sociedad y el medioambiente pueden ser puntos de apoyo importante para el escenario crítico de crisis climática, ocasionado en gran medida por el extractivismo y el saqueo capitalista de la naturaleza, una lógica sostenida por décadas justamente por la misma industria forestal, como la CMPC, que hoy dice querer conservar las especies nativas como el Toromiro de Rapa Nui y la Araucaria. Entonces en este sentido, cabe preguntarse, ¿A dónde va a parar la recolección de material genético que se señala en el proyecto como la primera acción previo al inicio de obras? ¿Quién se beneficia entonces con esta sospechosa medida de mitigación?

Por otro lado, así como CONAF puede declarar este proyecto de Interés Nacional, de igual manera y relevancia, es este proyecto para las comunidades mapuche una afectación de interés cultural y espiritual, lo que se menciona escuetamente en el informe de resolución, evidenciando además la ignorancia y escasa pertinencia cultural para ejecutar proyectos en el territorio, ya que señalan “Que, debido a que el proyecto se emplaza en territorio indígena y que la especie Araucaria araucana posee un alto valor cultural y espiritual en la cosmovisión del pueblo Mapuche, particularmente en la identidad territorial (…) el titular debiera informar con la debida antelación a las organizaciones indígenas pertinentes, las fechas programadas para la corta o tala de ejemplares. Dicha comunicación debiera dirigirse especialmente a aquellas comunidades que pudieran verse afectadas, directa o indirectamente, por la intervención, con el objeto de que, si así lo estiman pertinente, puedan realizar las ceremonias correspondientes conforme a sus prácticas y costumbres ancestrales.” Es decir, la escasa participación mapuche se reduce a la posibilidad de que se vayan a despedir – desde las prácticas y costumbres ancestrales- de sus araucarias. ¡insólito!

El último comunicado emitido por Kudü Mahuiza reafirmo que “Esta acción es profundamente dolorosa para nuestra comunidad, ya que el pewen no solo representa un árbol nativo, sino que es parte esencial de nuestra espiritualidad, cosmovisión y forma de vida. El pewen es vida, alimento, sabiduría y legado para nuestro pueblo”.

Conectividad para el territorio o como el territorio se conecta con los planes de inversión futura

No cabe duda que las mismas comunidades han señalado la falta de conectividad en cuanto a carreteras viales, incluso el mismo comunicado del lof Kudü Mahuiza señala "Como comunidad, no estamos en contra de la realización de obras viales como el asfaltado. Entendemos la necesidad de mejorar la conectividad en el territorio".

Sin embargo, esta obra vial que se cataloga como proyecto de Interés Nacional, se da en un contexto bien particular y que cae con otro peso sobre este territorio y su lucha por defenderlo. Este proyecto que parece tan pragmático, como es solucionar la conectividad vial de su población, tiene contenido el criterio del desarrollo económico y con ello la necesidad de conectividad para la instalación de futuras inversiones, lo cual es objeto de debate contingente, tanto por el regresivo proyecto de Ley de Permisología que viene acelerar las inversiones pasando por alto importantes procesos de consulta y evaluación, es decir, pase directo para el extractivismo. Como también la discusión abierta sobre las medidas propuestas por la Comisión por la Paz y el Entendimiento, que según voces críticas, viene a flexibilizar la compra y venta de tierras indígenas, por lo tanto, el peligro de neoliberalizarlas aún mas.

En ese plano, la amenaza que envuelve nuevamente al sector cordillerano es cuanto de esta conectividad no es el precio a pagar por un anexo definitivo del territorio a las inversiones mineras por ejemplo, ya que si hacemos memoria, hace diez años, el 2014, un informe territorial reveló la inviabilidad del Proyecto de Explotación Minera CAL AUSTRAL que se pretendía desarrollar en la comuna de Lonquimay. O incluso algo más reciente, cuando este año, las comunidades de Currarehue, denunciaron a los 13 los pedimentos mineros, donde diferentes empresas mineras como SLM Reigolil, Energía Puesco SpA, Cementos Biobío, Energía Patagonia S.A, Hidrowatt SpA., quieren instalarse en estos territorios, buscando extraer oro, plata y pomacita, minerales de alto valor comercial.

Como se visualiza por tanto, la conectividad de un territorio alejado versus la tala masiva de araucarias, expresa la punta del iceberg de un problema mayor, que es la instalación de las industrias mineras que están al acecho, expectante de que pronto puedan beneficiarse de una mejor legislación para el extractivismo y con ello el despojo territorial.

No se trata de no hacer caminos, cuando la conectividad es una demanda de la propia gente, sin embargo, no puede ser bajo la destrucción y tala de las araucarias, ni menos que el impulso de crear caminos sea para facilitar la llegada de la motosierra ambiental de las grandes inversiones.

Desde nuestro medio de La Izquierda Diario, reafirmamos nuestro compromiso con la defensa de este territorio y contra el saqueo capitalista que sólo ve extracción de materias primas en el territorio ancestral del Pueblo Mapuche.


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