Queridos amigos y amigas: Casi 300 000 personas exigen a la policía federal australiana que investigue una agresión neonazi como delito de odio. Esta semana acaba de asumir el cargo la nueva directora general de la policía. Ahora que está al principio de su ejercicio, es nuestra oportunidad de que nos escuche. ¡Suma ya tu nombre! Aquí tienes el correo que enviamos hace unos días con toda la información: |
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| Un grupo de neonazis atacó un sitio aborigen sagrado entre gritos supremacistas y golpeó con barras de hierro a las mujeres allí presentes. Ante la inacción de la policía, los líderes autóctonos piden urgentemente una respuesta mundial de solidaridad. Firma y súmate al clamor de la sociedad australiana para que esta brutal agresión se investigue como delito de odio: | |
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Queridos amigos y amigas: | Arrancaron banderas, profanaron una hoguera ancestral y golpearon a las asistentes a una ceremonia pacífica en Camp Sovereignty, un lugar sagrado y sitio funerario de las comunidades autóctonas de Naarm, nombre con el que los aborígenes conocen a la ciudad australiana de Melbourne.
Los testigos afirman que la policía sabía que la agresión iba a producirse y no hizo nada para evitarla: llegó tarde al lugar de los hechos, y en lugar de proteger a las víctimas, las roció con gas pimienta. Para colmo, pese a las consignas supremacistas y la violencia organizada de los neonazis, las autoridades no están investigando el episodio como delito de odio.
Esto es racismo puro y duro. Y los líderes de los pueblos originarios exigen justicia. Necesitan nuestro apoyo ya. Condenemos la agresión y pidamos a la nueva directora de la Policía australiana que lo investigue como el delito de odio que es, y evite así más violencia racista: |
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| Recientemente, la policía federal formó grupos de trabajo para investigar otros episodios violentos ocurridos en una iglesia y una sinagoga. Con Camp Sovereignty no han hecho lo mismo, a pesar de la importancia de este lugar emblemático de sanación, ceremonias y resistencia para los pueblos aborígenes y los isleños del estrecho de Torres.
La policía está investigando el ataque y algunos de los asaltantes se enfrentan a la justicia, pero el gobierno federal no lo está tratando como un delito de odio. Por otro lado, las autoridades regionales tampoco han indagado sobre los fallos de la respuesta policial, cuya negligencia permitió que los extremistas de ultraderecha sembraran el terror en Camp Sovereignty.
Tenemos una oportunidad concreta para que las autoridades tomen medidas: el próximo 4 de octubre, Krissy Barrett será oficialmente la nueva directora general de la Policía. Respondamos con una inmensa ola de solidaridad global que no pueda obviar cuando asuma el cargo.
Barrett debe tomar este incidente con la seriedad que merece, igual que el gobierno ha hecho con ataques a otros lugares sagrados, y tomar medidas para que no vuelva a pasar: | | Esta batalla va mucho más allá de un lugar y un país determinados. El auge de la ultraderecha es un fenómeno mundial que está arrasando con los derechos humanos, fomentando el racismo y destruyendo nuestro planeta. Avaaz nació para responder a esta amenaza, ya sea defendiendo los derechos indígenas en la Amazonía o enfrentándonos a los movimientos antidemocráticos en Afganistán, Europa o Brasil. Nuestra comunidad ha demostrado una y mil veces que el poder ciudadano es una herramienta eficaz. Hoy, como parte de un movimiento global que no está dispuesto a permitir que el odio y los autoritarismos definan nuestro futuro, es nuestro deber mirar a otras latitudes y respaldar a los líderes aborígenes de Australia.
Con una esperanza férrea y una determinación inquebrantable,
Liliana, Raveena, Mo, Nate, Antonia y todo el equipo de Avaaz
En la imagen, Robbie Thorpe, líder de la etnia krauatungalung y cofundador de Camp Sovereignty. Fuente: AAP / Julian Smith | | |
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