miércoles, 1 de octubre de 2025

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La imbecilidad estratégica de los EEUU puede traer la Tercera Guerra Mundial

 

En los prolegómenos de la I Guerra Mundial (1914-1918) Gran Bretaña y Francia eran los Estados con más posesiones coloniales del mundo. No obstante, en este momento la Alemania guillermina tenía una capacidad productiva mayor que cualquiera de las dos grandes potencias coloniales por lo que no le parecía adecuado el reparto económico del planeta. La Alemania del II Reich necesitaba materias primas y mercados pero estaban en gran parte acaparados por Gran Bretaña y Francia. La necesidad de Alemania de más mercados y más materias primas llevó a la I Guerra Mundial.

La Alemania del II Reich fue la gran derrotada en la I Guerra Mundial pero sus vencedores no fueron realmente Gran Bretaña y Francia sino los Estados Unidos de América. Aunque los EEUU entraron tarde en la guerra y tuvieron un número de bajas mucho menor que los otros grandes contendientes y su territorio no se vio afectado por la destrucción de la guerra, pasó a ser el país más beneficiado por el conflicto ya que se convirtió en el acreedor de Gran Bretaña y Francia.

Si la I Guerra Mundial supuso el despegue de EEUU como una potencia económica y política planetaria fue la II Guerra Mundial (1939-1945) la que lo convirtió en una gran potencia económica y política. Una vez más, EEUU fue el único Estado de todos los que participaron en la II Guerra Mundial que salió beneficiado del conflicto ya que no solo no recibió ninguna destrucción en su propio territorio continental sino que se convirtió en el gran acreedor y guardián de la desbastada  Europa Occidental con el suculento Plan Marshall que lo podemos resumir en “yo te doy créditos para comprar mis armas y mis mercancías”.

Inmediatamente que terminó la II Guerra Mundial empezó la Guerra Fría (1946-1991), oficializada el 5 de marzo de 1946 por el discurso de Churchill en el Westminster College de Fulton en Missouri (EEUU), presentado por el propio presidente de los Estados Unidos, Harry Truman. Empezaba el enfrentamiento entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. En esta dinámica los Estados Unidos se convirtieron en el líder económico y político del “mundo libre” que se oponía frontalmente al “socialismo” de la Unión Soviética y de su entorno en la Europa del Este. Pero no fue hasta el derrumbe de la URSS en diciembre de 1991 cuando los EEUU se convirtieron en el gran poder del planeta, siendo a partir de esta fecha cuando alcanza la hegemonía planetaria. Desde ese momento el mundo bipolar se derrumba y nace el mundo unipolar de los EEUU ya que se convierte en la potencia hegemónica del planeta, ninguna nación le hace sombra a su omnímodo poder que abarca lo económico, lo militar y lo cultural.

Es a partir de aquí cuando la burguesía estadounidense y sus políticos pensaron que eran el ombligo del mundo, que estaban llamados a llevar al rebaño humano bajo su dirección porque la implantación del imperio unipolar estadounidense era para siempre. Pero la Historia no se detiene y esta hegemonía era algo temporal ya que ningún imperio es eterno por mucho poder que acumule en un momento dado. La Rusia de Putin salió de la ruina económica que había traído el derrumbe de la Unión Soviética y el 9 de febrero de 2007 en la Conferencia de Seguridad de Múnich pidió el fin del mundo unipolar estadounidense. No obstante, aun siendo la Federación Rusa una potencia nuclear tan poderosa como los EEUU y el país más extenso del planeta con unas riquezas naturales sobresalientes no es el oponente económico de los EEUU, el gran rival es China.

La República Popular China nació el 1 de octubre de 1949 bajo el liderazgo de Mao Zedong (Mao Tse-tung) pero en aquel momento China estaba en la ruina económica y social por la ocupación que había sufrido de una parte de su territorio por el Japón imperialista, que fue el gran rival de los EEUU en el Pacífico durante la II Guerra Mundial, y por la Guerra Civil que había padecido. En este momento China estaba dentro de la dinámica del mundo bipolar EEUU-URSS pero es a partir de la muerte de Mao (1976) cuando la República Popular China, bajo la batuta de Den Xiaoping, toma el camino de “el socialismo con características chinas: un país dos sistemas” que llevará a la creación de “Zonas Económicas Especiales” para instalar en ellas a las empresas capitalistas occidentales lo que traerá un desarrollo económico impresionante y que lleva a China al Capitalismo de Estado: gobierno del PCCh que marca el camino estratégico, con empresas estatales estratégicas y con mayoría de empresas privadas que están subordinas al poder político del PCCh.

Hoy (2025) la China de Xi Jinping es el gran oponente económico de los EEUU, tanto es así que la hegemonía estadounidense concluyó. Los EEUU siguen siendo un Estado muy poderoso pero no el hegemón planetario. China cuenta con más de 1.400 millones de habitantes y con un PIB de 17.326.316M€, con una balanza comercial con un superávit del 4,50% y con una deuda del 88,33% sobre el PIB. Los EEUU tienen una población de 340 millones de habitantes, un PIB de 26.971.759M€, una balanza comercial deficitaria del  -4,16% y una deuda del 120,79% del PIB. Teniendo en cuenta que China y los EEUU son las grandes potencias tecnológicas no es difícil deducir que China por el mayor número de ingenieros, científicos y obreros industriales superará a los EEUU en un breve tiempo histórico, como nos informa el mayor crecimiento anual que lleva años teniendo China.  Por otra parte, la desdolarización sistemática de la economía planetaria llevará a los EEUU a convertir su deuda en una losa lo que le obligará a tener que reducir drásticamente su presupuesto militar y sus bases militares planetarias. A todo esto hay que sumarle que China cuenta con un Capitalismo de Estado que tiene una visión estratégica del crecimiento económico y que los EEUU tienen una democracia liberal cuyos capitalistas solo piensan en la rentabilidad de sus empresas aunque para esto las tengan que deslocalizar y dejar a los propios EEUU en desventaja estratégica: un ejemplo, la empresa TSMC es la mayor productora de microchips de alta generación del mundo pero está en Taiwán no en los EEUU.  Pero estos hechos, producidos por el permanente caminar histórico, no los quieren asimilar la burguesía imperialista estadounidense y sus políticos. Y esta negación a ver lo obvio trae la imbecilidad estratégica de los EEUU.

Los Estados Unidos de América podrían jugar un papel político inteligente que le dificultase a China su impresionante desarrollo económico exterior a través de la Franja y la Ruta, una versión del siglo XXI de la Ruta de la Seda.  Los EEUU tan solo tendrían que convertirse en líder de una parte de los países del planeta. Desafortunadamente para los propios intereses del gran capital estadounidense, los políticos y la burguesía de los EEUU no están en condiciones “espirituales” de hacerlo ya que al considerarse el ombligo del mundo lo que los EEUU quieren son vasallos y no aliados. La prepotencia supremacista en política no es buena consejera, lo mejor es mirar la realidad tal cual es y no tal como a uno le gustaría que fuese y entender que las coyunturas y las relaciones de poder cambian, es decir, que ninguna situación es para siempre.

La Rusia de Putin se acercó desde su comienzo a los EEUU y a la Unión Europea, quería ser un “socio”, pero USA y UE no quisieron integrarla en su mundo sino despedazarla. La Guerra de Ucrania es el último eslabón hoy de este proceder EEUU-UE, una guerra por delegación que lleva a la sangría de Ucrania pero que no puede derrotar a Rusia a no ser que la Unión Europea  mandase tropas, lo que incendiaría socialmente Europa, y, además, llevaría a una respuesta nuclear de Rusia porque está claro que no se iba a dejar derrotar por una guerra convencional. La guerra proxy USA-UE-OTAN con Rusia es también una advertencia política clara a todos los países del planeta del matonismo USA/UE: “si no sigues mis reglas te pongo sanciones y me apropio de tus depósitos”. Un gran error estratégico ya que los países que quieren ejercer su soberanía se acercan a China y Rusia y fortalecen los BRICS originales: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

Pero este error estratégico no es el único ya que EEUU ataca a sus propios “aliados” repartiendo aranceles a diestro y siniestro.  Por ejemplo, le impone aranceles del 15% a la UE y la obligación de compras millonarias de armas estadounidenses así como millonarias inversiones en los propios EEUU. Un gran error estratégico porque la UE quisiera ser su gran aliado pero se verá obligada a terminar marcando distancias para no sucumbir económicamente. EEUU también quiere imponer a los países integrantes de la OTAN que destinen el 5% de su PIB en ella. Quehaceres políticos chulescos que tendrán un impacto negativo para los propios EEUU en un futuro próximo.

Todos estos hechos forman parte del error estratégico de los EEUU pero hay otro más, la imposición del 50% de aranceles a la India. ¿Por qué esta imposición de aranceles forma parte de los grandes errores estratégicos de los EEUU? Muy sencillo, porque la India es el único país del planeta que estaría en condiciones de llevar con China una guerra convencional, una guerra de desgaste, razón por la cual los EEUU se tendrían que convertir en su mayor aliado. Los políticos y militares estadounidenses cegados por su ideología supremacista no son capaces ni de ver lo más obvio.

Los EEUU al no asumir su pérdida de la hegemonía planetaria y no querer bajar al peldaño de líder de una parte de los países capitalistas del planeta, solo tiene una solución: un conflicto militar directo con China. Pero los EEUU para intentar derrotar a China solo tienen la opción de un ataque nuclear ya que es imposible que los EEUU pudieran llevar una guerra de desgaste con China. No hace falta ser un experto militar para ver dos cosas, que la inmensidad del Océano Pacífico hace imposible el traslado de tropas estadounidenses para desembarcar en China y que, aun por encima, los EEUU no tienen tropas suficiente para enfrentarse a China en una guerra convencional.

Hoy (2025) EEUU tiene una mayor capacidad nuclear que China ya que posee muchas más cabezas nucleares. No obstante, China no está precisamente desarmada como demostró el 3 de septiembre de este 2025 en un impresionante desfile militar en la Plaza de Tiananmén de Pekín donde se mostraron misiles intercontinentales y misiles especiales que se usarían contra los portaviones estadounidenses. El propio desfile fue un aviso a navegantes que llevó a que la prensa occidental pusiera titulares como “el desfile militar de Xi deja claro que China no será intimidada”. Aunque China tenga bastantes menos cabezas nucleares, unas 600 según algunas estimaciones, podrían ser suficientes para responder a un ataque estadounidense y, además, está Rusia que tiene un poder nuclear tan potente como el estadounidense y Putin sabe que una derrota china sería dejarle el terreno despejado a Donald Trump para atacar a la propia Rusia. No obstante, téngase en cuenta que un conflicto nuclear EEUU-China/Rusia sería el canto del cisne de la especie humana porque perecería, desaparecería de la faz de la Tierra. Sería el Fin de la Historia. Aun así, el actual inquilino de la Casa Blanca y sus acólitos igual estiman que pueden llevar una guerra nuclear táctica, es decir, que castigue objetivos concretos chinos. Lo que seguramente no estiman es que la China de Xi Jinping contestaría y eso llevaría a que la guerra atómica táctica se convirtiese en una guerra atómica estratégica, es decir, en un toma y daca que traería el fin de la humanidad.

Tampoco es posible una guerra proxy con China porque Taiwán además de ser una isla y estar a tiro de piedra del Ejército Popular chino tiene una parte de la población que estaría de acuerdo en integrarse en la República Popular China como una región autónoma. Por otra parte, una guerra por delegación no la querrán hacer ni Japón, ni Corea del Sur, ni mucho menos Filipinas, que, además de estar al alcance del Ejército Popular chino, es difícil pensar que sus poblaciones estarían por la labor de inmolarse por el bien de los EEUU. Así, USA tendría que enfrentarse sí o sí directamente con China contando en un primer momento con las bases que tiene en el Mar de Japón y en el Mar de China, bases que serían insuficientes para contener el poderío militar del gigante asiático cuyas bases de aprovisionamiento estarían en la China continental mientras que el aprovisionamiento estadounidense tendría que cruzar el Océano Pacífico, con la vulnerabilidad bélica que esto supone.

Si la reflexión lleva a deducir que es imposible que los EEUU le ganen una guerra convencional a China y que la opción nuclear de una guerra táctica terminaría por llevar a la desaparición de la especie humana esta no es una garantía con el actual inquilino de la Casa Blanca y sus acólitos porque se creen el ombligo del mundo y si su chulería les lleva a pensar que son militarmente invencibles cuando los hechos les demostraran que no es así es más que posible que tomaran la decisión de que un mundo que no esté “gobernado por sus valores” imperialistas y supremacistas no vale la pena: mejor que la humanidad perezca en una guerra atómica a que esté gobernada por “bárbaros” que pregonan el multilateralismo.

Llegados aquí nos podemos preguntar por qué si el capitalismo es dominante a nivel planetario los Estados capitalistas, más concretamente los imperialistas, no pueden convivir. La respuesta es sencilla, cada fracción de la burguesía planetaria quiere el capitalismo pero el problema radica que entre ellas no hay un reparto reglado de las riquezas sino que cada fracción nacional quiere la mayor parte del pastel. Los capitalistas no aspiran a repartirse las riquezas entre ellos sino que cada fracción de la burguesía imperialista aspira a quedarse con la mayor parte posible de la riqueza natural, humana y tecnológica. Deducir entonces que con el capitalismo la especie humana vive al borde del abismo, con la soga nuclear al cuello, no es un ejercicio metafísico sino una aproximación a lo que nos depara el inmediato futuro si el capitalismo sigue “gobernando” el planeta.

Madrid, 26, septiembre, 2025

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