
Psicoterapia desde una mirada feminista y anticapitalista: Más allá del mercado y la norma
Por Maira Gestoso*
En las últimas décadas, la psicoterapia se ha consolidado como una herramienta fundamental para atender el sufrimiento psíquico. Sin embargo, buena parte de las corrientes dominantes han sido criticadas por reproducir, consciente o inconscientemente, los valores de un sistema social marcado por el patriarcado y el capitalismo. Desde una perspectiva feminista y anticapitalista, la terapia no puede limitarse a la adaptación individual, sino que debe cuestionar las estructuras de opresión que generan malestar.
El enfoque feminista subraya que la salud mental no es solo un asunto privado, sino que está atravesada por las relaciones de poder. Las estadísticas sobre depresión, ansiedad o trastornos de la conducta alimentaria evidencian que son mayoritariamente las mujeres quienes los padecen. No se trata de una casualidad: las exigencias estéticas, la carga de los cuidados, la precariedad laboral y la violencia de género constituyen factores estructurales que inciden directamente en el bienestar psíquico. En este sentido, una psicoterapia feminista se propone desnaturalizar esos mandatos sociales y acompañar a las personas en procesos de empoderamiento que reconozcan la raíz política de su malestar.
A la vez, una mirada anticapitalista sobre la terapia denuncia la mercantilización de la salud mental. El discurso hegemónico suele reducir los problemas psíquicos a fallas individuales, patologizándolos y ofreciendo soluciones rápidas, muchas veces en clave de consumo de fármacos o paquetes de sesiones estandarizadas. Frente a esta lógica, la crítica anticapitalista plantea que el sufrimiento tiene un origen colectivo en las condiciones de explotación, desigualdad y precarización de la vida. La terapia, en consecuencia, no debería reforzar la adaptación a un sistema opresivo, sino abrir espacios de resistencia, cuidado comunitario y construcción de alternativas.
Estas perspectivas convergen en la idea de que sanar no significa volver a ser productivo para el mercado ni encajar en los modelos de “normalidad” establecidos, sino recuperar autonomía, sentido y redes de apoyo. Una psicoterapia feminista y anticapitalista se apoya en metodologías horizontales, reconoce la dimensión política del malestar y reivindica el derecho al cuidado como un bien común, no como un privilegio de quienes pueden pagarlo.
En un contexto de creciente crisis social y emocional, apostar por una psicoterapia crítica se convierte en un acto político. Implica imaginar un futuro en el que la salud mental no se mida en términos de rentabilidad, sino en la capacidad de construir vidas más libres, colectivas y dignas.
* Maira Gestoso es integrante del Colectivo Orientación Vital. Si buscas un espacio de psicoterapia con una mirada crítica del sistema, despatologizante y contenedor entra en contacto con nosotras https://orientacionvital.net/contacto/ o escríbenos a orientacionvital@proton.me
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