
Estertores de EE.UU. y U.E. en una tercera guerra mundial no declarada
“Los intereses del poder profundo, de su complejo militar-industrial-financiero y cibernético, dominan la Casa Blanca, el Departamento de Estado, el Congreso y sus inquilinos.”
George W. Busch la impuso al inicio de este siglo con el nombre de Guerra Global Infinita o Guerra mundial Antiterrorista, precedida de una guerra en la que logró desintegrar Yugoslavia y masacrar Kosovo.
Clinton habló de paz y continuó la guerra.
Obama volvió a hablar de paz e hizo lo mismo, y aun así logró que le colgaran el prostituido Premio Nobel de la Paz.
Trump repitió la historia, sin aspirar inicialmente a tanto.
Biden arreció el tono guerrerista y Trump volvió con nuevos cantos de paz.
Luego, se vistió de paloma para actuar como halcón, aspirando a un Nobel más prostituido.
Los intereses del poder profundo, de su complejo militar-industrial-financiero y cibernético, dominan la Casa Blanca, el Departamento de Estado, el Congreso y sus inquilinos.
Todos acompañan al Súper Estado terrorista dominante.
Todos empeñados en subordinar y comprometer a la degradada Europa Occidental en su cruzada contra Rusia… hasta destrozar a Ucrania.
Todos instrumentalizando el Estado Genocida de Israel para la ejecución del holocausto palestino y sus viles ataques a la resistencia islámica.
Todos aupando las matanzas de la OTAN.
Todos participando en todos los capítulos y fracasos de la destructiva guerra global infinita: Irak, Afganistán, Siria, Yemen, Libia, Gaza, Cisjordania, Líbano, Irán, Ucrania, Rusia, Cuba, Venezuela, Nicaragua…
Todos apuntando los cañones contra la floreciente China la expansión de los BRICS.
Todos sorprendidos por el poderío militar de la Federación Rusa.
Divididos, enloquecidos, empobreciéndose, gansterizándose cada vez más…perdiendo progresivamente la tercera guerra mundial no declarada.
- UNA DECADENCIA IRREVERSIBLE.
Así, de saborear la victoria en la Segunda Guerra Mundial anti-fascistas, han pasado a sufrir no pocas derrotas militares y una profunda e irreversible decadencia económica, política y cultural.
La pretendida unipolaridad, posterior al derrumbe soviético, a favor de EEUU, ha sido finalmente vencida.
La OTAN ha sido esencialmente derrotada en Ucrania; y de continuar la guerra, el revés estratégico sería peor para EEUU y para Europa Occidental.
Israel está imposibilitado de vencer en el Oriente Medio.
EEUU perdió la contienda comercial y se ha aislado mucho más con la guerra de los aranceles.
China y Rusia se han fortalecido y han fortalecido su unidad estratégica.
Occidente perdió su vieja influencia en EURASIA a la luz del fortalecimiento de la Cooperación de Shanghái, liderada por China, Rusia y la India, la organización regional más grande del planeta.
Esa realidad, junto a la ampliación y expansión de los BRICS a escala planetaria, se sigue consolidando la tendencia hacia un mundo multipolar y un nuevo orden mundial, distinto al hegemonizado por EEUU y Europa Occidental, ambos en franco declive y descomposición.
Eso explica el repliegue agresivo, con ímpetus de intervención militar y guerra de reconquista, de EEUU hacia Nuestra América; asumido por Donald Trump, respondiendo a los intereses de Poder Profundo, que incluye la altanera presencia de la Infantería Naval del Comando Sur frente a Venezuela y en El Caribe, apuntando también hacia el Pacífico.
Ese proceder guerrerista en en esta región se ha incrementado, tanto por las derrotas sufridas en otras partes del mundo, como por tratarse de territorios ricos en recursos energéticos, minerales estratégicos, agua y biodiversidad; todos ambicionados por las voraces elites capitalistas norteamericanas y europeas, imbuidas todavía de la fantasía de considerarnos su “patio trasero”.
Es la misión rapaz que le fue asignada a su Comando Sur, confesada con descaro hace unos meses por la generala Laura Richardson cuando ejerció la jefatura de esa entidad.
Pero si le ido mal por allá, en caso de agredir o invadir Venezuela le va a ir peor.
No solo Venezuela está en ruta hacia su segunda independencia, sino que en Nuestra América ese propósito tiene mucha fuerza y la idea del patio trasero de EEUU es una fábula imperial muy repudiada.
Si invaden la Patria de Bolívar y de Chávez, otro Vietnam habrá de desatarse y aquella heroica resistencia en el Sudeste Asiático le quedará chichita, por lo que la derrota de EEUU y aliados en la Patria Grande bolivariana será, no solo más drástica, sino más profunda y bochornosa.
Este mundo, preñado de potencias emergentes, de bloques alternativos al Occidente en declive, de autodeterminación y resistencias antiimperialistas, no está para esas ilusorias re-conquistas imperiales. Ahora sí que no hay dudas: ¡Otro Mundo es Posible!
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