viernes, 19 de septiembre de 2025




https://noticiaslatam.lat/20250919/mexico-a-40-anos-del-terremoto-que-cambio-a-la-nacion-1166424163.html

México, a 40 años del terremoto que cambió a la nación

Daniela Díaz, Bianca Carreto y Alejandro Galindo
Eran las 7:19 de la mañana cuando la tierra en México se cimbró. Un terremoto de 8,1 en escala de Richter sacudió al país dejando a su paso miles de muertos y una ciudad que, dentro de su desgracia, se levantó y se reinventó.
El epicentro fue Caleta de Campos, en el estado de Michoacán y, de acuerdo con expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el terremoto fue descomunalmente fuerte debido a que el sismo liberó mucha energía en dirección al Valle de México; es decir, la capital mexicana y el Estado de México.
Aquel temblor que sobrevive en los recuerdos de quienes lo vivieron fue también largo, pues duró más de dos minutos que bastaron para derrumbar más de 350 edificios, entre ellos los hospitales Juárez, el Centro México, el emblemático hotel Regis del Centro de la capital, el edificio Nuevo León, en Tlatelolco, entre otros.
Al devastador movimiento le siguieron otros, pero su mayor réplica fue al día siguiente, 20 de septiembre, a las 19:38 horas, con una magnitud de 7,9.
Tras la tragedia, el Gobierno reportó el fallecimiento de entre 6.000 y 7.000 personas, sin embargo, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) contabilizó 26.000. Por su parte, las organizaciones de damnificados calcularon en 35.000 las pérdidas. Hasta hoy no se sabe con exactitud cuántos murieron en esa fecha.
El terremoto del 85 afectó, sobre todo, la zona centro de la CDMX - Sputnik Mundo
Tras el sismo, los ciudadanos asumieron la mayor parte de las tareas de rescate - Sputnik Mundo
Tras la tragedia el Gobierno reconoció la muerte de entre 6.000 y 7.000 personas; sin embargo, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) contabilizó 26.000. - Sputnik Mundo
 Hasta hoy no se sabe con exactitud cuántas personas murieron en esa fecha. - Sputnik Mundo
1.  2.  3.  4. 
"No tenía nada, absolutamente nada"
Cuando Gricelda Domínguez regresó a Tlatelolco, su hogar estaba reducido a escombros. Vecina del edificio Nuevo León desde hacía unos años, la mujer habitaba en el piso 13 de la torre que se derrumbó por el terremoto.
En entrevista con Sputnik, Gricelda recuerda que fue un viaje a Veracruz lo que salvó su vida, pues al momento del temblor se encontraba en dicho puerto.
Gricelda Domínguez  - Sputnik Mundo

Gricelda Domínguez, damnificada del terremoto.

"Llego a Tlatelolco, regreso a Tlatelolco y veo un panorama devastador porque llegué a mi punto, a mi casa y buscando mi casa (...). No tenía nada, nada, absolutamente nada", relata.

Tras perder su hogar, vivió durante algún tiempo en los campamentos improvisados organizados por los propios ciudadanos, una tarea que, pondera, correspondía a las autoridades que se mostraron ausentes durante las horas posteriores a la tragedia.

"Debido a las autoridades que están ausentes se comienza con esa unión de vecinos", recuerda.

Ignacio Arellano Mora vive en Tlatelolco desde 46 años y aquel 19 de septiembre se encontraba en el edificio Mariano Escobedo, uno de las decenas que conforman esta unidad habitacional. Desde su ventana vio caer macetas y pedazos de estructuras. Además, cuenta que la sensación era como ir en un tren: "Nos movíamos de un lado a otro".
Ignacio Arellano - Sputnik Mundo

Ignacio Arellano, damnificada del terremoto.

"Cuando llegué a la Plaza de las Tres Culturas se veía mucho polvo. Vi el edificio caído. Yo fui de la gente para rescatar", recuerda.

El hombre coincide con Gricelda en que el Gobierno abandonó a la ciudadanía y rescata la solidaridad de las colonias aledañas a Tlatelolco.

"Gente de Tepito, Morelos, Peralvillo, la Guerrero vinieron aquí a ayudar", contó.

El nacimiento de unos héroes
Tras el terremoto, las autoridades mexicanas se vieron totalmente rebasadas, por lo que los ciudadanos se dieron a la tarea de rescatar a las personas que habían quedado atrapadas bajo los escombros. Así nacieron "Los Topos".
 Iván Barrientos Salas, integrante de la Brigada de Rescate Topos Tlaltelolco, A.C. - Sputnik Mundo

Iván Barrientos Salas, integrante de la Brigada de Rescate Topos Tlaltelolco, A. C.

"Jóvenes civiles viendo que las autoridades, tanto militares como policía local, no se daban abasto, entraron en acción para rescatar a sus vecinos y a desconocidos", cuenta a Sputnik Iván Barrientos Salas, integrante desde hace más de 15 años de la Brigada de Rescate Topos Tlaltelolco, A. C.

A 45 años del terremoto que marcó su creación, la labor de este grupo de rescate no ha terminado. De acuerdo con Barrientos, Los Topos se han capacitado y certificado con otras instituciones como la Marina, el Ejército e incluso la Guardia Nacional, además de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios del Sistema de Naciones Unidas (OCHA).
Así, al igual que el animal del cual toman su nombre, los mexicanos se han hundido bajo la tierra y los escombros en busca de vidas humanas, o bien, para rescatar el cuerpo de personas que hayan quedado atrapadas en sismos, huracanes o deslaves.
Los integrantes de la brigada, explica, no dependen económicamente de su labor como rescatistas, pues no reciben paga alguna y el grupo se equipa gracias a un autofinanciamiento y algunas donaciones.
"De ahí cambió la vida de la Ciudad"
Bernardo Gómez González tenía 14 años cuando el terremoto del 85 sacudió a la capital mexicana. El hoy doctor en Ingeniería recuerda que ese día conoció el sonido que emite la tierra al temblar y el de las estructuras al caer.
Bernardo Gómez González  - Sputnik Mundo

Bernardo Gómez González, coordinador del Comité Técnico de Seguridad Estructural del Colegio de Ingenieros de México.

"De ahí cambio la vida para prácticamente todos los habitantes de la ciudad. Ese día la vida rutinaria se acabó y pasamos a una etapa diferente como familia y como ciudad", señala en entrevista con Sputnik el coordinador del Comité Técnico de Seguridad Estructural del Colegio de Ingenieros de México.

El experto explica que los sismos han marcado tanto a la capital mexicana que las normativas en materia de construcción se han adaptado en torno al conocimiento recabado a partir de los temblores. Sin embargo, destaca que, desde antes del terremoto de hace 40 años, la Ciudad de México ya era un referente en la materia.
Desde 1976, destaca el experto, el entonces Distrito Federal tenía ya uno de los reglamentos más completos del mundo en cuanto al diseño de las estructuras y en él se manejaban conceptos como factores de carga y resistencia. "Pareciera que todo lo que ocurrió en el 85 tuviera que ver con la normatividad y no necesariamente", sentencia.
El experto apunta que para analizar las consecuencias estructurales del terremoto hay que tener presente que el sismo del 85 sobrepasó la magnitud e intensidad que se conocía. "La naturaleza nos va enseñando que los sismos siempre pueden ser mayores". Ante ellos, dice, se puede ir evolucionando hacia más y mejores prácticas en materia de construcción.
Sin embargo, abunda, es innegable que el sismo dejó enseñanzas. A partir de la tragedia se crearon las normas de emergencia, así como el reglamento de construcciones con sus normas complementarias de 1987, mismo que ha tenido actualizaciones, y en donde hay una evolución en materia de transparencia para la construcción. Estas normas, señala, priorizan no perder vidas humanas.

"En la Ciudad de México diseñamos las estructuras no para que no se dañen. El objetivo del diseño que estamos implementando en la Ciudad de México y prácticamente en todo el mundo es que las estructuras no colapsen y esto genere heridos o pérdidas humanas. Pero este concepto o este reclamo social de que las estructuras no se dañen es prácticamente incompatible con el diseño sísmico moderno", asevera.

Este diseño, explica, se basa en la utilidad y la evolución de la resistencia; es decir, que los materiales absorben la energía que generará un daño controlado en las construcciones. Hoy por hoy, considera, los ingenieros y arquitectos utilizan materiales con una tecnología mucho más avanzada y "más eficientes, más racionales, que permiten diseños más sensatos".
Gómez González destaca también los esfuerzos de las autoridades capitalinas al apostar por la prevención con acciones como la creación de un mapa de riesgos y la implementación de la alerta sísmica.
En materia de Protección Civil "no había nada"
Myriam Urzúa Venegas recuerda en charla con Sputnik la angustia que sintió aquella mañana del 19 de septiembre de 1985. "No habíamos tenido un sismo grande de estas proporciones hasta ese momento", dice.
La arquitecta y hoy titular de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC) de la Ciudad de México es concisa: antes del sismo de 1985 en México "no había nada" en materia de protección civil.
"No había institucionalidad y eso significó que en el 85 se gestara el Sistema Nacional de Proyección Civil y que al año siguiente (1986) se hiciera el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED).
Myriam Vilma Urzúa Venegas  - Sputnik Mundo

Myriam Urzúa Venegas, titular de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC) de la Ciudad de México.

"No había Protección Civil, quien asumió la rectoría del terremoto del 85 fue la sociedad civil. La sociedad civil fue la que estuvo en los edificios colapsados, es la que ayudó a rescatar gente, es la que buscó la comida, el agua y las herramientas para ayudar en esos momentos", asevera la funcionaria.

De acuerdo con la funcionaria, fue a partir del terremoto del 85 que se comenzó a gestar la visión de cómo enfrentar este tipo de desastres naturales; sin embargo, considera, fue luego del sismo del 2017 cuando en la capital mexicana se apostó más por la prevención.
"En la Secretaría en primer lugar se cambia la visión de la gestión de la emergencia por la gestión del riesgo; que quiere decir que nos tenemos que ocupar más de la prevención", explica. Así, la funcionaria apunta que en la Ciudad de México existe un atlas de riesgos con cerca de 2.800 capas de información actualizada de las zonas donde hay grietas y fracturas en el suelo.
Un factor fundamental para evitar pérdidas humanas a causa de fenómenos naturales, apunta la funcionaria, es la concientización de la población. Y es que, abunda, con la realización de los megasimulacros y la instrumentación de la alerta sísmica, se apuesta a que los ciudadanos aprendan a convivir con el hecho de que un sismo es imprevisible; sin embargo, hay acciones que pueden salvar vidas.
Volver al inicioVolver a la principal

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Bienvenido a nuestra pagina informativa y gracias por su participacion .