Diputado con vacaciones pagadas. Kast en Europa con nuestros impuestos y con permiso caduco
Kast es muy bueno para hablar en su programa sobre la eficiencia del Estado. Reiniciarlo, pulirlo, sistematizarlo. Quitar la grasa, despedir funcionarios públicos que viajan a costa de licencias médicas falsas. ¿Pero quién es Kast para hablar de esto? Recordemos cuando Kast ejercía como diputado y se iba de viaje pagado con nuestros impuestos, a Europa y con permisos caducos. Esto, mientras niega derechos a la clase trabajadora. Ni hablar de aumentar las vacaciones.
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En el marco de las elecciones presidenciales del 14 de diciembre, volvió a circular una investigación de hace ya una década: las vacaciones de más de 1 mes de Kast en Europa pagada con nuestros impuestos.
Los registros de la Cámara de Diputados, así como las investigaciones periodísticas confirman que, en julio de 2015, Kast estuvo fuera del país más de 30 días con un Permiso Constitucional y que se le descontó apenas un cinco por ciento de su sueldo parlamentario. Visitó España, Francia y Alemania - hasta donde se sabe - junto con su numerosa familia. Este permiso constitucional lo pueden pedir parlamentarios para ausentarse del país, lo cual es una burla para el trabajador de a pie. Pero el colmo es que el permiso solicitado por el entonces diputado Kast estaba caduco, pues sesionó el mismo día en que empezaba a aplicar el permiso, lo cual según ley implica caducidad.
Fue descubierto y denunciado. Sin embargo, como es costumbre en nuestro país, la impunidad para estos personajes es una de las cosas que no cambian. ¿Hay más parlamentarios que usan y abusan de este permiso exclusivo? Por supuesto. El gran problema es que, durante su campaña, Kast va más allá del descaro e irrumpe en la arena pública con comentarios del tipo.
“Chile no puede seguir tolerando fraudes con plata de todos. Miles de licencias médicas falsas, viajes al extranjero durante supuestos días de reposo y médicos que reparten permisos como si fueran volantes. Eso no es un error: es corrupción, es una estafa al Estado y a los chilenos honestos. En nuestro gobierno, quienes abusen del sistema se van a encontrar con todo el peso de la ley”
Es decir, 10 años después, Kast habla sueltamente sobre los funcionarios que abusan de licencias médicas para ir al extranjero. Esto no lo hace con el fin de perseguir una eficiencia suprema. Si esto fuera así, el primer sumariado debería haber sido él mismo. Esto lo emplea como arma para atentar contra los derechos de la clase trabajadora. Las armas que afila en contra de los funcionarios públicos, son las mismas armas que en futuro apuntará contra el resto de los trabajadores.
Si a alguien le queda duda el nivel de descaro que tiene Kast referente a los “funcionarios estatales aprovechadores”, basta con revisar las primeras líneas del eje “Plan Reinicia” en su programa de gobierno.
Es cosa de pensar un poco. Si todos tuviéramos acceso a esos tremendos permisos como los que usaba Kast, quizás se reduciría drásticamente el uso de licencias médicas, sobre todo por estrés.
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Yendo a nuestra propia realidad, ¿A qué tiene acceso un trabajador común en Chile? Seguramente muchos lo sabemos: 3 semanas de vacaciones anuales (15 días). Días que con suerte se pueden pedir todas de una sola vez, pues es recurrente que los jefes presionen para no tener muchos días a los trabajadores fuera y evitar así recurrir a reemplazos. Pero esto se trata solamente de los que tienen contrato indefinido a tiempo completo.
Por debajo de los trabajos formales y comunes hay variadas situaciones. Por ejemplo, contratos fijos anuales, con vacaciones obligatorias entre períodos de contrato. O también las personas contratadas por obra o faeneros, que nunca pueden planificar vacaciones porque dependen de la suerte de que les llamen de proyectos. Los faeneros pocas veces pueden usar el finiquito de vacaciones para disfrutar, pues esta plata se necesita para sobrevivir los períodos sin obras. Y no podemos olvidar tampoco al mundo de los distintos tipos de trabajadores informales, a los que el acceso a vacaciones es muy lejano. Ni hablar de lo lejanos que son a nuestra realidad estos superpermisos que pueden permitirse personajes como Kast
Kast tiene este permiso de 32 días para ir a los lugares más icónicos de Europa, y para mayor colmo esto es aparte del receso legislativo de febrero. Es decir, un total de 60 días sin trabajar. Esto corresponde al triple de lo que un trabajador normal a tiempo completo puede descansar tras el trabajo anual. ¿Y con un sueldo 20 veces mayor?
¿Qué tendríamos que hacer para pasar un maravilloso mes vacacional como lo hizo el diputado Kast? Tendríamos que trabajar unos 2 años sin pedir vacaciones y sin gastar un solo peso. Solo así podríamos tener unas vacaciones de 1 mes con el sueldo recibido por Kast sin trabajar. Un sueldo a cortesía de nuestros impuestos.
¿Qué tan cercano es Kast a un trabajador de a pie común y corriente? Bien, ahí está la respuesta: nada.
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