Derechos humanos. Alguien debe alzar la voz: La experiencia en la primera ruta poética feminista
La primera ruta poética feminista 2025 fue mucho más que una caminata: fue un acto de reparación simbólica, de comunión entre generaciones, y de reivindicación de las voces silenciadas por la historia oficial
*Foto de portada Javiera Yáñez/ cortesía de extensión UTEM
El 5 de septiembre en el cementerio general de Santiago las sahumadoras dieron el inicio ceremonial marcando el tono espiritual del evento, purificando con humos aromáticos y abriendo el espacio a la memoria colectiva para luego oír las palabras inaugurales de parte de las autoridades co-organizadoras del cementerio general de Santiago y la universidad UTEM, las palabras de la poeta Jocelyn Espinoza en representación de la colectiva que impulsa este recorrido que partió en el monumento histórico memorial de las y los detenidos desaparecidos y ejecutadas y ejecutados políticos.
La experiencia estuvo dedicada a las mujeres que en vida y muerte fueron parte de la lucha y resistencia chilena contra el fascismo. Partimos con Violeta Parra por sus obras contra el dictador Carlos Ibáñez del Campo durante cuyo gobierno reprimió violentamente a quienes se manifestaron de manera antagónica a su proceder.
Un sin número de mujeres poetas de gran calidad literaria homenajearon con su obra a nuestras muertas para luego dejar un clavel rojo.
Durante la caminata por el cementerio general guiaron la ruta las tribaleras de las agrupaciones Malva Negra y Huldras con danzas, música, sonidos mujeriles y antorchas de fuego.
Internalizamos la historia de las mujeres en nuestro país, compartimos el sentimiento de recogimiento con poesía, música, danza y la recuperación de sus biografías. La última estación fue en la tumba de Gladys Marín, aquí la poeta y presidenta de la sociedad de escritoras y escritores de Chile SECH Isabel Gómez nos brindó unas palabras en las que cuenta que Gladys asistía a la casa del escritor y la escritora, Isabel nos contó que Gladys al final de su vida declaró interés por aprender a escribir poesía, pero el 2005 la enfermedad nos negó su existencia en este plano, el poema que Isabel Gómez recitó la noche de la ruta fue un fragmento del poema Me llaman niebla que dice:
"Hoy anochecí temprano en el bosque/y no supe mirar el amanecer/ La tierra acarició mis párpados/y fue imposible abrazarte/sus lágrimas arrancaban de cuajo mis raíces”.
En la misma estación la cantautora feminista Aylin Silva comparte su canto, que anuncia la vida después de la muerte y cómo después de fallecidas podemos seguir acariciando convertidas en vientecito. En ese momento apareció sobre las flores una pequeña niebla en la tumba de una luchadora por los derechos humanos, una pequeña niebla sobre las flores, como si fuera una manifestación de unanimidad entre las muertas y nosotras, como si la pequeña niebla viniera a guarecerse al calor de la danza, su fuego y de la poesía, música y nuestro recogimiento.
A continuación les comparto un pequeño momento del recorrido, en la estación en que se encuentra el sepulcro de Marta Ugarte quien entre otras cosas fue profesora y encargada nacional de educación del PC durante el gobierno de Salvador Allende, fue asesinada por agentes del estado de Pinochet y lanzada al mar, ella en su última lucha logró zafarse del riel al que la habían adherido convirtiéndose en el primer punto de investigación para descubrir la operación Cóndor que asesinó a tantas y tantos, a continuación el poema que Fanny Campos dedicó a nuestra conmemorada.
Estación Marta Ugarte/ recita Fanny Campos/fotografía de Javiera Yáñez/ cortesía de extensión UTEM
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