
Harmut Rosa, sociólogo “heavy”
«La música heavy es una energía pura que une lo físico y lo espiritual […] el heavy sería lo que yo llamaría una promesa de resonancia en un mundo de alienación»
Vaya por delante una nota personal que no creo que es insignificante: 1) no conozco la lengua inglesa, ni mucho, ni poco, prácticamente nada; esto me lleva a señalar que mi ignorancia, es obvio, no es culpa de los editores, ni del traductor, y lo digo ya que algunas, bastantes, frases en inglés que asoman no estaría mal que fuesen traducidas. No por mí, sino supongo que para no pocos lectores; y 2) lo del gusto y los colores…el caso es que siendo amante del rock, el heavy no es que me guste, es más guiado por la estética heavy y por algunas lecturas, más bien no me cae bien..a lo más los pioneros (?) como Led Zeppelin, Deep Purple, algo de Motörhead, ACDC, Thin Lizzy (que, por cierto, no es nombrado en la obra), o Metallica, por no seguir y alguna otra cosilla por ahí. Añadiré que de algunas de las lecturas a las que aludo, he sacado como conclusión que tal tipo de música brilla por su machismo, hasta las guitarras en flecha, la fanfarronería, la ostentación de potencia…y el esoterismo, por todos los demonios, presente en no pocos grupos tienden a espantarme; no diré cuáles son mis variados gustos que, por cierto, no huyen de ciertas tonalidades hard o punk y post. En este orden de cosas, recuerdo hace ya años que dí cuenta en el periódico con el que colaboraba de un libro que analizaba de manera pormenorizada tal tipo de música, siendo su valoración realmente negativa por la exaltación de la masculinidad, la tendencia a la heroicidad, y sus expresiones violentas…no nombraré tal libro, eran tiempos de olivetti y siguen siendo de desorden proverbial, de modo y manera que no sé dar cuenta de tal obra. De otra obra referida al tema que reseñé,Historia del heavy metal, 25 años de rock, de Mariano Munesa, publicado por VOSA Ediciones en 1993, recuerdo que a pesar de que al autor mostraba su afición por tal género, señalaba, al menos tangencialmente, algunas de las críticas sobre su exaltación de la masculinidad y otras yerbas.
Pues bien, con este bagaje me acerco a la obra del sociólogo germano, y por lo que deja ver, musicólogo , Hartmut Rosa (Lörrach, 1965), sociólogo de la aceleración y la resonancia de quien ya había leído alguna obra (https://archivo.kaosenlared.net/hartmut-rosa-la-relacion-con-el-mundo/index.html), amén de varios artículos; me estoy refiriendo a la obra publicada en NED Ediciones: «Cantan los ángeles, rugen los monstruos. Una breve sociología del heavy metal». Ya desde antes de comenzar la lectura, basta para ver que la visión de Rosa es positiva hasta el punto de qué él mismo ha sido metalero, y en cierta medida sigue siendo…a pesar de que su torpeza en el manejo de los teclados hizo que durase poco en el grupo al que pertenecía.
Desde el inicio se puede ver que el sociólogo domina el terreno que transita, al ir desgranado grupos y canciones, sin obviar las características musicales del tipo de música al que se acerca y nos acerca. Expone el papel del rock que al principio, la menos, era como una piedra en el zapato para la sociedad bien pensante, para ir avanzando en pinceladas, conste que nada superficiales, que subrayan algunas de las características del heavy metal, con sus riffs distorsionantes, que representan, según interpreta el autor, como sonidos dañados, “alienados” que hacen tierra con el estado de alienación en la sociedad industrializada. La música convertida en comunidad existencial, ya que abarca no solamente los sonidos sino la forma de vestir y las congregaciones en conciertos que vienen a suponer formas de resistencia, de radicalidad y explosiones de emoción y de fraternidad; «el metal es una transgresión existencial, un rebasamiento de los límites cotidianos de la realidad, tanto a lo más alto, como hacia abajo», lo que supone como ya deja ver el propio título del libro: la tensión que une a los contrarios y la búsqueda, fugaz, de la ampliación de la experiencia más allá de la realidad; de ahí sus tendencias a cierta trascendentalidad, no solamente satánica como en algunos grupos, sino indefinida, lejos de cualquier forma de programa o relato global…son como flashes, ramalazos, nada que pueda hacer pensar en estructuras lógicas. Aludiendo a la pluralidad a la hora de dedicar artículos a otro tipo de músicas de que hacen gala las revistas heavys, ha hecho que éstas se conviertan en «una memoria viva y continua de la historia del rock». Subraya igualmente al modo de relacionarse con el mundo que supone este tipo de música…«la resonancia se refiere a la experiencia de que algo ahí fuera entra en contacto con nuestro interior, algo que nos toca y nos atrapa, y ante lo cual podemos reaccionar y responder, mientras nos transformaremos con ello»…[«Resonancia: modo de relación y experiencia mediante las cuales nos vinculamos on el mundo que consta de cuatro fases: primero algo nos toca, nos atrae, el mundo nos interpela (1); luego reaccionamos, algo resuena y responde en nosotros (2), lo que provoca una transformación en nuestro interior (3); esta experiencia tan profunda, a menudo se encuentra en fragmentos del mundo a los que no siempre podemos acceder; no se puede forzar, es poco frecuente y breve(4)»].
Propone los orígenes del calificativo que acompaña a este tipo de música, delimita las diferencias con el hard, apelación más indefinida, y asoman como posibles responsables algunos textos de Bourroughs, o la potencia del sonido del metal, su dureza y la constancia del martilleo. Nombres y más nombres, de grupos y canciones, ad abusum, y variaciones en la evolución del género, se van exponiendo en esta travesía propuesta por Hartmut Rosa, que se desarrolla en nueve etapas / capítulos / o cortes si se interpreta como un álbum musical (Introducción: “It´s Heaven and Hell, He is insurrection, he is spite:el nacimiento del heavy metal a partir de la música rock, ¡Pero quién escucha esto!,”me acuerdo”, Qué significa la música en la vida de los fans, Piel de gallina y lágrimas en los ojos: la experiencia de escuchar metal, Más cerca de tu propio aliento: el metal como experiencia profunda,”Paradise ins Here”: principio y final del concierto como epifanías, “Seguro que no hablan en serio, pero sí lo hacen, ”De que se trata realmente, Disgresión final: cómo el heavy venció a la industria cultural…un añadido, Outro, de tono existencial propio, y un Glosario al que se suma un Índice temático que es un verdadero catálogo), que se van complementando en una tejida red rizomática, que no deja de lado otras referencias o tonalidades ajenas a la música propiamente dicha y a otros tipos de sonoridades.
A lo largo del recorrido, que combina el rigor con la asequibilidad para todos los públicos, iremos siendo puestos al corriente de la social.estructura de la comunidad heavy, deteniéndose en aspectos educativos, orientación política y género; la exposición continua con una descripción del metal como forma de vida, tejida por revistas, discos, giras que marcan la biografía de los oyentes; dedica unas páginas a subrayar la solidez ontológica que supone el metal en estos tiempos de inseguridad y zozobra, a modo de agarradero o barandilla, además de alabar la capacidad del metal para salir victorioso en la batalla con la maquinaria de la industria cultural, quedando expuesta igualmente la importancia de cara a crear nexos de unión con el mundo, y el subidón que suponen los conciertos en la medida en que se da un estado de espera, epifanía, en la aparición de un ser superior…Rosa parte de que realmente «visto desde fuera muchas cosas en la escena del metal son ridículas. Irrelevantes y tópicas»..mas, por debajo y por detrás, hay algo más, algo trascendental, dice; dos cosas diré: por una parte, la obra adolece de una claridad expositiva y de un orden lleno de coherencia -siempre planeando la constancia de la implicación del gusto y la experiencia personal del sociólogo- ; por otra, muchas de las cuestiones atribuidas a la comunidad metal, podría aplicarse a otras comunidades, o “tribus” del ámbito de la música, u otras esferas del quehacer humano…en el sentido de los grupos en estado de fusión utilizado por Jean-Paul Sartre en su Crítica de la razón dialéctica. Leo en la Sociología del Rock, editado por Júcar, donde su autor, Simon Frith, refiriéndose a los grandes festivales, decía en 1978: «A través de los festivales, la cultura rock no está confinada a ocasiones ceremoniales, sino que penetra en la vida de las personas adquiriendo un significado independiente de las intenciones de sus creadores originales. El auditorio rock no es una masa pasiva que consume discos como churros, sino una comunidad activa que convierte la música en un símbolo de solidaridad e inspiración para la acción».
Realmente el ensayo es consistente y la información resulta desbordante, y el recurso por parte de Rosa a diferentes estudios psicológicos y sociológicos hace que las informaciones que expone sean contrastadas y rigurosas, lo que conduce, al menos para el que esto escribe, a ciertas sorpresas: así al hablar de los oyentes del género se afirma que el nivel intelectual y de estudios de los seguidores del metal es alto, sin obviar el origen de clase de los grupos y de sus seguidores, señalando ciertos lazos de similitud con los seguidores de la música clásica; en el caso de la edad y del género tanto de oyentes como de ejecutantes, da la impresión que Rosa acude a ciertas excepciones que invalidan, o pretenden hacerlo, ciertas críticas relacionadas con la exaltación de la masculinidad…subrayando que hay cantantes femeninas que son respetadas entre los heavys, en el mismo orden de cosas, y ante las habituales acusaciones de machismo y similares, Rosa trae a colación las largas melenas que han solido valer a quienes las lucen ser tachados de afeminados, dándose igualmente algunos casos en que su estética roza, en algunos caso, los bordes del travestismo,, de lo queer, deteniéndose, por otra parte, en la salida del armario del cantante de Judas Priest, que fue acogida sin problemas por la comunidad metal, etc., etc., etc..
Lo que sí que queda claro es que en el mundo del heavy, al menos en los grupos, la presencia de mujeres es realmente escasa, por no decir casi cero (el sociólogo señala como prueba contraria, a modo de contraejemplo, algunos nombres de mujeres); obviamente esto podría aplicarse a grupos de otras corrientes musicales y, también claro está a otras esferas de la sociedad y disciplinas culturales y otras. En cierta medida estas últimas comparaciones no son de recibo sino que lo que se pretende es que la música visitada es, o pretenda ser, otra manera de relacionarse con el mundo, mostrándose diferentes al resto. Por otra parte, resulta innegable que destacar la potencia y la virilidad no es exclusiva del heavy metal pero sí que resulta más subrayada en esa corriente, con sus motos, su ruido, y…en algunos casos un machismo descarado, puede verse el caso de Manowar y sus portadas o los concursos de seguidoras mojándose para destacar sus atributos pectorales, al igual que algunos textos de Guns N` Roses, y bastantes de Alice Cooper…, y…el aspecto de malotes, desaliñados, como si, con sus tachuelas, cazadoras, cadenas fuesen por la vida de perdonavidas…todo ello, salta a la vista, a pesar del benévolo enfoque de Hartmut Rosa. Precisamente desde alguna óptica feminista, y a la vez, heavy se ha hablado en referencia a los asistentes a conciertos heavy a un “campo de nabos”…cierto es que frente a las críticas que se vierten acerca del derechismo y la violencia de los grupos heavys, Rosa saca a la palestra algunos casos que contradicen esas acusaciones…Al final, sea como sea, como queda dicho, el autor es un decidido defensor y amante de tal tipo de música, lo que le lleva a buscar ejemplos y contraejemplos con el fin de salvar su música preferida. Sabido es que la objetividad y la neutralidad no existen, y ello se cumple en este trabajo del sociólogo; y el recurso constante para rebatir las críticas a excepciones no conlleva aquella falaz afirmación de que la excepción confirma la regla, sino que simplemente son excepciones y no suponen ni la confirmación ni la negación de la regla.
Sea como sea, se podrá estar de acuerdo o en desacuerdo del retrato que ofrece Hartmut Rosa, pero lo que nadie podrá poner en duda es que el libro es una verdadera y pormenorizada panorámica de tal tipo de música, con algunas derivas sobre otras, ofreciendo numerosos detalles, distinciones de subdivisiones dentro del conjunto metal, que puede servir para acercarse al género…sin limitarse al marco europeo sino abarcando otros continentes.
Por Iñaki Urdanibia para Kaosenlared
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