
Palestina despierta al mundo
Al fin sonó un Gran Despertador del mundo
El aparente orden mundial basado en un supuesto respeto a la moral, la ley y el orden legal dominante está siendo contestado en todas las calles del mundo, porque el genocidio ha dejado al descubierto que la voluntad de los gobernantes se corresponde poco con la voluntad de los pueblos gobernados. Y esto es grave, porque se ha abierto una brecha emocional entre la conciencia de la gente y los aparatos represivos de los gobiernos y sus cantinelas del sí, pero no. La mirada de las multitudes va descubriendo cada día lo falso, inmoral, colonialista, excluyente, supremacista, violento y cruel que se oculta tras las fachadas de tantos parlamentos, las cajas fuertes de sus bancos, y los legajos de sus tribunales, sin olvidar el silencio de los falsos cristianos de Vaticano y semejantes. Perciben las gentes con claridad que esas instituciones que actúan como supuestas salvaguardas del género humano no nos sirven para protegernos de los abusos económicos, de la explotación laboral, de la violencia genocida, de la ley de los más fuertes y del terrorismo de Estado. Y todo eso hoy ayuda mucho a abrir los ojos por Gaza y Cisjordania Ucrania, el Congo o el Sahel.
Ninguna de esas instituciones nos salva de las situaciones extremas que alguna de ellas provoca, porque al fin al cabo nuestra salvación no se halla en instituciones que nunca representan al pueblo; que únicamente representan las necesidades de los poderes dominantes, sus leyes y sus negocios y son de usar y tirar según sus conveniencias, como lo fue la Sociedad de Naciones un día y como hoy es la ONU o la CPI.
El grito de la conciencia global
Los gritos de los manifestantes pidiendo libertad, justicia y paz para Palestina es el grito de la conciencia de la humanidad que despierta a su favor. ¿Sería posible expandir esa conciencia despierta y solidaria con Palestina al resto de injusticias y necesidades vitales que nos afectan a todos y que los gobiernos se obstinan en ignorar?… Ojalá fuera posible imponer nuestro poder cuando se trata de vivienda, salarios, justicia social, ética y valores humanos que nos son negados a diario a miles de millones de todos nosotros, pues realizar esa voluntad colectiva es el único camino para la existencia de un orden mundial justo y pacífico, imposible sin justicia social. Mientras esta no exista, no podrá haber paz, ni libertad ni otro orden mundial que este fiasco de naciones enfrentadas entre ellas y de cada una con nosotros, sus habitantes, por tantos abusos.
¿Cada vez más cerca?
¿Seremos capaces los pueblos de la Tierra de imponer un orden mundial justo? Lo afirmo rotundamente, pero no ahora, por desgracia. Esto que vemos hoy en las calles nos emociona a todos los buscadores de ese mundo que sí es posible del que vemos un destello en las grandes manifestaciones y formas de repulsa, pero sus raíces son los sentimientos fraternales, de igualdad, justicia, libertad y unidad, tan opuestos a la codicia, ambición de poder, necesidad de prestigio, racismo, machismo y desprecio al diferente que forma parte del alma de las falsas democracias, del fascismo global y del sionismo israelí. Mientras no hayamos liberado nuestra conciencia de sus zonas oscuras hasta formar una mayoría crítica- y eso es un trabajo cotidiano- no podremos ayudar a liberar a nadie de la violencia, el racismo, el machismo, y tantas cosas más presentes en nuestro mundo, pues nuestro mundo no es más que el resultado de la suma algebraica de las energías positivas y negativas de cada uno de nosotros.
El reflejo de nuestra conciencia
El estado de nuestra conciencia y el estado de nuestra voluntad de poder son aún insuficientes para provocar una verdadera revolución pacífica y multitudinaria cada vez más necesaria cuanto más se abusa de nosotros hasta el punto de asesinarnos delante de nuestros ojos sin que los gobiernos del mundo muevan un dedo por evitarlo. Porque si estos tienen muchos negocios con Israel, tendrán que responder ante sus conciencias y ojalá que ante los pueblos y cuanto antes, pues Palestina somos todos y no estamos dispuestos a callarnos ante semejante crueldad impune.
Israel nunca tuvo que existir
¿Estamos hoy más cerca que nunca para rechazar a Israel y exigirle a nuestros gobiernos su exclusión de la comunidad de naciones civilizadas? Israel nunca tuvo que existir. Si existe es por un acuerdo colonialista en el que no se contó con los palestinos como ahora no se cuenta y por los mismos motivos fundacionales de Israel: desprecio racista, codicia y ambición de poder supremacista contra todo derecho moral, legal, o simplemente humano, matando, robando, maltratando y practicando un régimen de apartheid contra estos nuevos negros de oriente que son los palestinos para Israel.
Los gobiernos del mundo han hecho la vista gorda todo lo que han podido durante más de setenta años de genocidio lento, porque muchos de ellos crearon a Israel y no les importa el genocidio. Por eso reprimen manifestaciones, multan y ponen toda clase de obstáculos a quienes se manifiestan por las calles, exhiben banderas en los parlamentos locales o enseñan a los estudiantes derechos humanos.
La conciencia mundial, al contrario que sus gobiernos, ya no soporta tanto crimen y le está mandando a las víctimas hambrientas, sedientas, humilladas y asesinadas al más puro estilo fascista esas naves cargadas de ayuda humanitaria que simbolizan la conciencia de la humanidad y son apresadas con sus tripulantes. Con ello intenta Israel apresar y silenciar a la conciencia de la humanidad que pide paz, respeto y libertad como una sola voz en todas las calles del Planeta. Demasiado tarde.
Sonó por fin el Gran Despertador
Demasiado tarde para los genocidas el querer silenciar la conciencia global de la humanidad: ¿acaso es posible tal cosa? Esta respuesta colectiva en todo el mundo es un acontecimiento grandioso que cambiará muchas cosas, y aunque no dé para cambiar el desorden estructural colectivo en que vivimos, será un paso más en esa dirección, porque este aprendizaje va a ser muy útil para futuros movimientos reivindicativos. Deben saber quienes gobiernan el mundo con intención de tenernos dormidos para conseguirlo, que hay una verdad profunda que nos ayuda a los pueblos en este proceso: cuando una conciencia se despierta ya no puede volver a cerrar los ojos. Hoy ha sonado el Gran Despertador mundial. Por fin sonó.
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