
Por qué quieren ser fascistas tantos jóvenes
Después de ochenta años de regímenes que se dicen democráticos en Europa y cuarenta y ocho en España – aunque lo fueran de Primero de Democracia- llama poderosamente la atención que una parte de las nuevas generaciones europeas y españolas reniegue de este sistema político y se deje seducir por el fascismo. ¿Por qué? ¿Por qué puede serles atractiva una ideología burda y violenta que huele a pasado rancio, a sangre carcelaria y polilla de armario?
Es urgente que esta pregunta sea contestada, porque la mayor parte de nuestra juventud está en peligro, y junto a ella nuestra convivencia, nuestros derechos sociales, laborales y personales, los de los pobres, los inmigrantes y los trabajadores con o sin papeles. Es urgente que se aclare esta inclinación destructiva del bienestar propio y ajeno porque deshumaniza la vida colectiva, la llena de odio y matonismo y nos lleva directamente al mundo sórdido que creíamos superado para siempre.
¿Merecen nuestros países europeos, con España en particular, esta vuelta a un pasado atroz de policía política, persecución judicial, comisarías y cárceles siniestras para ahogar todo atisbo de libertad, de justicia social y de dignidad humana?
Eso ya lo hemos conocido. Por ahí ya pasaron nuestros padres y abuelos y algunos hemos vivido en esa atmósfera formando parte de una juventud bien distinta a la que hoy se nos anuncia con pulseritas rojigualdas en las muñecas, con pocos años, poca cultura, mucha ignorancia política y mucha mala leche. No llevábamos nosotros pulseras republicanas, pero creíamos en la República y en la declaración universal de los derechos humanos como principios básicos de convivencia.¿ En qué creen estos jóvenes desnortados?
Hace unos días, presencié cómo uno de estos energúmenos motorizado gritaba ¡“ Viva Vox”! al pasar con su moto junto a una mujer árabe a los pocos días de lo de Torre Pacheco. Hoy ha sido la ordenanza municipal del Ayuntamiento jumillano prohibiendo a los musulmanes usar espacios públicos para sus celebraciones religiosas. No son hechos aislados. Entre Torre Pacheco y Jumilla hay una islamofobia activa auspiciada por los gobiernos de PP-Vox. No son hechos aislados: forman parte de un programa dictado por esos bien conocidos nostálgicos del viejo franquismo atrincherados en Madrid como centro de operaciones que instan a que “el que puede hacer que haga”. ¿Que haga qué? Algunos entienden el mensaje en clave y asaltan sedes de partidos políticos o vandalizan Casas del Pueblo. Hacer, hacen como ya hicieron los padres de estos viejos fascistas de Madrid que empujan a la acción; lo que pasa es que solo cosas contrarias a la convivencia entre españoles blanquitos por capricho genético, y los que vienen de fuera con otro color, otra cultura, otra religión, y otro lo que sea que nunca vienen por capricho, sino por necesidad de sobrevivir escapando al daño que en sus países provocan los blanquitos ricos de España y del resto del mundo con violencia, supremacismo, racismo, desprecio y explotación a los nativos de esos países que buscan ahora vivir entre nosotros. Algunos de ellos al llegar a España se encuentran con energúmenos neofascistas que son capaces de detenerlos para entregarlos a la policía cuando llegan exhaustos en una patera. La conciencia de nuestros jóvenes corre grave peligro: puede llegar al estado de coma y entonces pasan cosas como esta. La conciencia de nuestros jóvenes con esta gente puede llegar al estado de coma y entonces convierten en policías de inquisición y mamporreros. Porque si una cosa tienen en común los activistas políticos fascistas es esta: carecen de la conciencia del bien y del mal. Están muertos espiritualmente y no tienen derecho a intervenir ni en la vida parlamentaria en la que no creen, ni en la vida de los demás, sean españoles o no. Más les valdría a los jóvenes seducidos buscarse alguna biblioteca, y por qué no en la de una Casa del Pueblo o en la de una mezquita, por ejemplo, a ver si aprenden a leer bien la vida, porque lo mismo que existen políticos con títulos falsos detentando poder, existen analfabetos culturales y gentes de conciencia nublada, lastres todos peligrosos para la evolución de las sociedades humanas. Numerosos jóvenes, incultos cultural y políticamente, pueden ser atraídos con facilidad por psicópatas y sociópatas cultos ricos y poderosos como los del cuartel general de Madrid que instan a “hacer” (daño) en vez de animar a pensar, sentir y actuar a favor de la paz, la convivencia, la tolerancia y el respeto a toda persona que antes ya nos destrozaron sus padres, y que ellos intentan repetir hoy. Ojalá no lo consigan esta vez contra quienes reclamamos la igualdad, la libertad, la fraternidad, la unidad y la justicia, que son valores irrenunciables para todo bien nacido.
Imagen de portada: Ángel Navarrete y Mónica Patxot (La Mancha Obrera) –
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Bienvenido a nuestra pagina informativa y gracias por su participacion .